miércoles, 18 de noviembre de 2009

Éramos...

Éramos siempre tú y yo,
el ángel púrpura y el jardín azul;
con buenos presagios bajo la lluvia
llegamos al portal.

La víctimas del amor sufrido,
del amanercer abatido...
de un abismo, y entre tú y yo
un paso perdido.

Éramos la fuente de la vida,
el son del mar y el silencio de la piedra;
un viaje vertical al otro lado
empujando, llegamos al portal.

Pasajeros del esperado viento,
de las noches en vela...
amantes hasta la saciedad, tú y yo
y en medio una espina.

Éramos lunes y domingo,
el cemento de un cambio fugaz;
la inocencia de la primera vez
provocando, y llegamos al final.

Protagonistas de esta historia,
agotando las horas de luz,
sensibles al calor, tú y yo
y medio no queda nada.
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